
El sapillo balear (Alytes muletensis) es una pequeña rana endémica de la Sierra de Tramuntana, en Mallorca, y una de las joyas más valiosas de la fauna balear. Este anfibio, que durante siglos se consideró extinguido, representa un extraordinario ejemplo de resistencia y adaptación en un medio montañoso y seco como el mediterráneo.
A pesar de los esfuerzos de conservación que se han llevado a cabo desde su redescubierta en los años 80, el sapillo sigue en peligro debido a sus poblaciones reducidas, la presencia de especies invasoras y las alteraciones de su hábitat natural.
El sapillo balear (Alytes muletensis) es una especie de anfibio anuro endémico de la isla de Mallorca, concretamente de la Sierra de Tramuntana. Pertenece a la familia de los Alytidae, conocida por incluir las ranas paridoras, ya que los machos llevan los huevos enroscados en las patas traseras hasta que eclosionan.
Es un animal de pequeño tamaño, con una longitud que raramente supera los 4 centímetros. Presenta una coloración grisácea o verde oliva, con manchas oscuras irregulares que le ayudan a camuflarse entre las rocas y el entorno pedregoso. Tiene unos ojos grandes y prominentes, adaptados a la vida nocturna, y su piel es lisa y húmeda, como en la mayoría de anfibios.
El sapillo balear es una especie relictual, es decir, un testimonio vivo de un grupo que antiguamente era mucho más extenso y que actualmente sólo sobrevive en zonas concretas. Su presencia exclusiva en Mallorca le convierte en un símbolo de la biodiversidad insular y un indicador del buen estado ecológico de los torrentes y pozas de montaña donde habita.
El sapillo balear vive exclusivamente en la Sierra de Tramuntana, en el noroeste de Mallorca, donde ocupa un hábitat muy específico y frágil. Prefiere zonas de torrentes de montaña, pozas y pequeñas charcas temporales situadas entre paredes de roca caliza. Estos lugares ofrecen agua dulce durante buena parte del año, lo que es esencial para la reproducción y desarrollo de las larvas.
A pesar de su aparente dependencia del agua, el sapillo balear es capaz de sobrevivir en ambientes secos gracias a su actividad nocturna y a la capacidad de esconderse en grietas o cuevas durante las horas más calurosas. Gracias a programas de reintroducción y cría en cautividad, la distribución del sapillo se ha ampliado ligeramente durante las últimas décadas. Sin embargo, sigue siendo una especie altamente vulnerable, con un área de distribución muy reducida y dependiente de la calidad y la continuidad de los ecosistemas acuáticos de montaña.
Una de las características más singulares de su ciclo vital es el cuidado parental del macho. Después de la fecundación, el macho enrolla en torno a sus patas traseras los huevos fecundados y los transporta durante varias semanas hasta que están listos para eclosionar. En este momento, busca una charca o poza con agua y libera los renacuajos, que completarán su desarrollo acuático hasta transformarse en pequeños sapillos.
Además presenta un comportamiento discreto y tímido, adaptado a la vida en ambientes de montaña donde la humedad y la temperatura pueden variar mucho a lo largo del día. Es una especie nocturna, que pasa la mayor parte del día escondida entre las rocas, y sale principalmente por la noche para alimentarse de pequeños invertebrados como insectos, arañas y gusanos.
Las principales amenazas que ponen en riesgo la supervivencia del sapillo balear (Alytes muletensis) son:
Desde la Asociación Biomediterrània , trabajamos para preservar las especies autóctonas y los hábitats amenazados de nuestro entorno, promoviendo la investigación, la educación ambiental y la participación ciudadana. Cada acción cuenta: informar, difundir, colaborar o hacer voluntariado puede marcar la diferencia.
Únete a Biomediterrània y ayúdanos a garantizar que el canto nocturno del sapillo continúe resonando entre las rocas de la Sierra de Tramuntana durante muchas generaciones más. Juntos podemos proteger este tesoro único de las Islas Baleares.
Secretario de la Asociación Biomediterrània